sábado, 17 de noviembre de 2012

Salvando Al S̶o̶l̶d̶a̶d̶o̶ ̶R̶y̶a̶n̶ Correo Postal

Hace un momento me encontraba pasando un rato de calidad online en una de mis páginas favoritas, GOOD, cuando (después de toparme con un video en el que Miranda July enseña a evitar la procrastinación y encontrar un diagrama para comprender el Caso Petraeus) encontré la interesante iniciativa del artista Tucker Nichols para salvar al correo postal.

Este artista estadounidense propone a través de un proyecto de arte titulado How We Saved The Post Office comprar uno de sus dibujos con el propósito de enviarlo por correo. Independientemente del evidente doble propósito (utilizar el correo/comprar una obra de Nichols) me pareció genial encontrarme con una iniciativa como esta. ¿Cuándo fue la última vez que enviaron una carta o que se emocionaron al abrir un sobre que no fuera el estado de cuenta de su tarjeta de débito o el recibo de algún servicio que utilizan? 

Aun siendo un gran converso del eMail — quienes me conocen bien saben lo fanático que soy de enviar correos electrónicos, lo prefiero más que utilizar el INBOX en Facebook, y  realmente disfruto mucho no solo de redactar sino también de leer un eMail — debo decir que la emoción que experimento al escribir o recibir una carta (o una postal) es totalmente distinta al escribir/recibir un eMail. La sensación que provoca tener en las manos una carta (o una postal) y así poder leerla una y otra vez sin necesidad de tener que acceder a cosa tal como lo es la "bandeja de entrada", o saber que se puede transportar en una libreta o usarla como separador en un libro, es simplemente magnífica. 

Yo puedo decir que hace apenas un par de meses volví a utilizar el correo postal.  Por el momento, mi novio está viviendo en Chile y para mantenernos en contacto no solo nos hemos valido de todos los medios electrónicos posibles (WhatsApp, eMail - por supuesto-, Skype, Viber, FaceFlow) sino que también lo hemos hecho valiéndonos del correo postal. Táchenme de cursi , pero a mi me emociona enviar una carta y saber el largo recorrido que hará antes de llegarla, menciono también que es siempre una sorpresa ver el buzón y encontrarse con una postal (aún cuando sé que venía en camino). 

No sé realmente si la oficina postal vaya a desaparecer pronto, lo que sí sé (y lo que creo que es bien sabido por todos) es que ésta no es utilizada tanto como antes. Sé bien que es más cómodo escribir un eMail y mantenerse en comunicación constante y rápida valiéndonos de tal herramienta, sin embargo, les aseguro que valorarán más algo que aparezca en su buzón (¡no el de su correo electrónico!) y que haya sido enviado por alguien a quien estiman. 

Los invito a enviar una carta y así pensar que están salvando el correo postal...o cuando menos que le estarán sacando una sonrisa a alguien tan pronto reciba lo que le han escrito. 




En Palacio Postal, Verano 2012.