domingo, 14 de abril de 2013

SUBRAYADOS - Alicia en el país de las maravillas

Alicia en el país de las maravillas, escrito por Lewis Carroll en 1865, es el segundo libro que quisiera compartir en esta recién inaugurada sección de SUBRAYADOS. 



Leí este libro durante febrero. Si bien es una lectura en cierto modo breve, entre el trabajo y la escuela me era imposible sentarme a leer de manera constante, situación que me llevaba a siempre tener que retomar uno a dos capítulos antes de seguir en el que se supone que me había quedado. No me quejo, todo lo contrario. Resultó mejor leer varios pasajes. 

A través de los ojos de una niña inglesa viviendo en la época victoriana, el lector es partícipe de una serie de acontecimientos que le ocurren a la protagonista al caer por un agujero mientras se encontraba persiguiendo a un conejo. Escrito en un momento histórico en el que el uso del opio era parte de la cotidianidad inglesa, el libro presenta una serie de personajes producto de (estoy muy seguro) de un estado de conciencia alterada al que se sometió Lewis Carroll. Un gato que se desvanece; una oruga fumadora; la protagonista que al ingerir cierto alimento (o cierta bebida) se hace grande y pequeña; son algunas pruebas de lo anterior. Recuerdo incluso que el semestre pasado tomé una clase en la que discutíamos sobre chamanismo y los estados de conciencia alterada y varias veces se mencionó a Lewis Carroll y su proceso de producción escrita. 

Con una serie de reflexiones sobre el valor de la familia, la valentía, el apoyarse en externos y, ante todo, en uno mismo para salir adelante, es como concluí esta lectura que ampliamente recomiendo. Si pueden, consigan la edición de SIRUELA, la portada ma encanta - sí, por supuesto que selecciono la portada de mis libros de acuerdo a ciertos parámetros. 



A continuación, les comparto mis subrayados: 

"...pues, como veréis, ya que no sabía cómo contestar a ninguna de las dos preguntas, no importaba cuál de las dos se hiciera."

"Y es que, como veréis, a Alicia le habían sucedido cosas tan extraordinarias aquel día que había llegado a pensar que poco o nada era en realidad imposible."

"¡Vamos! ¡De nada sirve llorar de esta manera! –se dijo Alicia a sí misma con bastante firmeza–. ¡Será mejor que pares ahora mismo, si sabes lo que es bueno!"

"...pero es que Alicia estaba ya tan acostumbrada a que todo cuanto le sucediera fuera algo extraordinario, que le parecía francamente una sosada y una estupidez que la vida discurriese normalmente, como si nada."

"Supongo que ahora sufriré el castigo que me merezco por haberlo hecho ¡ahogándome en mis propias lágrimas! ¡Eso sí que será una paradoja! Pero es que todo es tan raro hoy..."

"–¡Ah, querida niña, que te sirva de lección para que no te dejes dominar nunca por tu mal genio!"

"Estoy convencida de que siempre que como o bebo algo –se dijo–, me sucede algo interesante; de forma que voy a ver qué efecto me va a causar este brebaje."

"Y, sin embargo, a pesar de todo... ¡Vamos! ¡Hay que reconocer que esta forma de vivir es bastante curiosa! Me pregunto qué puede haberme sucedido. Cuando leía cuentos de hadas nunca imaginé que tales cosas pudieran ocurrir de verdad, ¡y he aquí que me encuentro en medio de una aventura de ésas!

"Así continuó durante algún rato, unas veces en favor y otras en contra de sus argumentos, y armando con todo ello una conversación muy seria."

"Pues verá usted, señor..., yo..., yo no estoy muy segura de quién soy ahora, en este momento; pero al menos sí sé quién era cuando me levanté esta mañana; lo que pasa es que me parece que he sufrido varios cambios desde entonces." 

"Si la gente no se metiera en lo que no le importa –sentenció la Duquesa–, el mundo giraría mucho mejor." 

"¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?
–Eso depende de a dónde quieras llegar – contestó el Gato.
–A mi no me importa demasiado a dónde... –empezó a explicar Alicia.
–En ese caso, da igual hacia dónde vayas –interrumpió el Gato.
–...siempre que llegue a alguna parte –terminó Alicia a modo de explicación. 
–¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte –dijo el Gato–, si caminas lo bastante."

"–Eso sí que que no lo puedes evitar –repuso el Gato–; todos estamos locos por aquí. Yo estoy loco; tú también lo estás."

"–¡Ay! Si conocieras al Tiempo tan bien como lo conozco yo –exclamó el Sombrerero–, no hablarías de malgastarlo, y mucho menos de matarlo! Se trata de un tipo de mucho cuidado, y no de una cosa cualquiera!"

"Para la Reina no había más que una manera de solucionar cualquier dificultad, grande o pequeña: "¡Que le corten la cabeza!", ordenó sin siquiera darse la vuelta para ver de qué se trataba."

"...todo tiene su moraleja, si sabe uno descubrirla."

"Nunca te imagines ser diferente de lo que a los demás pudieras parecer o hubieses parecido que fueras si les hubieres o hubieses parecido que no fueras lo que eres."

"No sé cómo va acabar su historia si no se decide empezarla alguna vez". 

"Así que Alicia se puso en pie y echó a correr, pensando todo el rato, como era justo, en lo maravilloso que había sido su sueño."

"Y mientras continuaba así sentada con los ojos cerrados, casi creyó encontrarse realmente en ese país maravilloso, aunque sabía que con sólo abrirlos todo recobraría su insulsa realidad: la hierba, agitada tan sólo por el viento, y las ondas del estanque, azotadas por los juncos de la orilla..."

"Por último, pensó en cómo sería en el futuro esa pequeña hermana suya, cuando se convirtiera ya en una mujer, y en cómo se conservaría a lo largo de sus años maduros el corazón sencillo y amante de su niñez: reuniría en torno de sí a otros pequeñuelos de futuros y les alumbraría los ojos con las maravillas de otros muchos y curiosos cuentos, quizás incluso con esas mismas aventuras de un ensueño ya lejano; sentiría todas sus pequeñas tristezas y se alegraría con sus pequeños goces, recordando su propia infancia y los alegres días del estío de antaño." 



domingo, 7 de abril de 2013

SUBRAYADOS - Estupor y temblores

Desde que tengo uso de razón subrayo y hago anotaciones en cualquier texto que pasa por mis manos. Me he acostumbrado a marcar aquellas ideas que llaman mi atención, señalar palabras cuyo significado desconozco, escribir en algún borde mi opinión sobre lo que leo (o anotar, también, cualquier pensamiento que pasa por mi cabeza en ese momento), y, ante todo, subrayar aquellas frases que merecen siempre ser leídas más de una vez. 

Ante lo anterior, pasó por mi cabeza iniciar una serie de entradas tituladas "SUBRAYADOS". En éstas, busco compartir aquellas frases que me han hecho enamorarse (sí, me declaro romántico en este tipo de asuntos) del texto que tengo enfrente. Admito que más de una vez más de un texto me ha hecho suspirar, me ha emocionado, alterado (sí, también es parte de la lectura sentirse así - creo yo), sacado una sonrisa, en fin, me ha hecho SENTIR. 

Para inaugurar esta sección, les comparto mis líneas favoritas del primer libro que leí este año, Estupor y temblores, de la escritora belga Amélie Nothomb. Con cierta carga autobiográfica, la escritora relata su estancia laboral en Tokio trabajando para la compañía Yumimoto, empresa con la que jamás crea un vínculo de afecto, todo lo contrario. El único posible vínculo de aprecio que llega a crear es con Fubuki, una de sus superiores, con quien desarrollará cierta fijación lésbica que después se desvanecerá hasta convertirse en caos. 

Obligada a cumplir con trabajos que no tan sólo la denigran sino que también la hacen comenzar a tener deseos suicidas, Amélie nos conduce a través de las páginas a ser parte de una reflexión sobre la dignidad;  las jerarquías y los escalafones sociales; las diferencias entre Oriente y Occidente; el rol de la mujer en la sociedad; y los choques culturales que un extranjero experimenta al encontrarse lejos del lugar en el que nació. 

La primera vez que tuve conocimiento de este libro fue en el 2009 gracias a Elisa, mi profesora de francés en aquel entonces, quien lo llevó a la clase para que pudiéramos leerlo y comentarlo, sin embargo, jamás pudimos terminar de leer el libro - no recuerdo muy bien el porqué. Aún con eso, siempre conservé mis fotocopias en francés del mismo. Fue hasta diciembre pasado cuando, vagando en una librería, encontré la edición en castellano de Estupor y Temblores, editada por Anagrama. 

A continuación, la primera (de espero muchas) entrega de "SUBRAYADOS - Estupor y temblores". 



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"El ventanal, al fondo del vestíbulo, me aspiró como lo habría hecho la ventanilla toda de un avión. Lejos, muy lejos, se veía una ciudad tan lejos que dudaba haberla pisado jamás".

"Me pidió que lo siguiera por innumerables e inmensas salas, en las que me presentó a multitud de personas, cuyos nombres yo iba olvidando a medida que él los iba pronunciando".

"Al igual que los ceros, los empleados de Yumimoto sólo adquirían algún valor cuando se situaban detrás de otras cifras. Todos menos yo, que ni siquiera alcanzaba la categoría de cero". 

"Siempre existe un modo de obedecer. Eso es lo que los cerebros occidentales deberían comprender". 

"¿Acaso no resultaba lógico que aquella hermosa joven hubiera nacido el día en el que la belleza del cielo se abatía sobre la belleza de la tierra?".

"Aquel primer exilio me había marcado de tanto que me consideraba capaz de aceptar lo que fuera con tal de regresar a un país del cual, desde hacía tiempo, me consideraba originaria". 

"Lo que es seguro es que si no se habla no existe ninguna posibilidad de resolver el problema. Lo que me parece más probable es que, si se habla, se corre el riesgo de empeorar todavía más la situación".

"Yo no me sentía decepcionada. No sentía ninguna estima por usted". 

"Anotar cifras contemplando la belleza, aquello era la felicidad". 

"Yo, cuando era pequeña quería ser Dios. El dios de los cristianos, con D mayúscula. Hacia los cinco años, comprendí que mi ambición era irrealizable. Así que rebaje un poco mis pretensiones y decidí convertirme en Cristo. Imaginaba mi muerte sobre la cruz, ante toda la humanidad. A los siete años, tomé conciencia de que aquello no ocurriría. Decidí más modestamente, convertirme en mártir. Durante años mantuve aquella decisión. Pero tampoco funcionó". 



"De repente, ya no me sentí amarrada. Me levanté. Era libre. Nunca me había sentido tan libre. Caminé hasta el ventanal. La ciudad iluminada estaba muy lejos, a mis pies. Dominaba el mundo. Era Dios. Defenestraba mi cuerpo para estar en paz conmigo misma." 

"Yo reino. El poder no me interesa. Reinar es mucho más hermoso. No puedes imaginarte la sensación de gloria que experimento en estos momentos. Qué hermosa es la gloria. Es una trompeta tocada por ángeles en mi honor. Nunca me he sentido tan en la gloria como esta noche".

"Es una gran cosa saber cuándo se va a morir. Uno puede organizarse y convertir su último día en una obra de arte". 

"Aunque no lo parezca, existe una lógica en todo ese asunto: los sistemas más autoritarios suscitan, en las naciones en los que se aplican, los casos más sorprendentes de desviaciones -y, por eso mismo, una relativa tolerancia respecto a las excentricidades humanas más apabullantes-.".

"Todas las bellezas emocionan, pero la belleza japonesa resulta todavía más desgarradora. En primer lugar porque esa tez de lis, esos ojos suaves, esa nariz de aletas inimitables, esos labios de contornos tan dibujados, esa complicada dulzura de los rasgos ya bastan para eclipsar los rostros más logrados. En segundo lugar, porque sus modales las estilizan y las convierten en una obra de arte que va más allá de lo racional. Y, por último -y sobre todo-, porque una belleza que ha sobrevivido a tantas corsés físicos y mentales, a tantas coacciones, abusos, absurdas prohibiciones, dogmas, asfixia, desolación, sadismo, conspiración de silencio y humillaciones, una belleza así constituye un milagro de heroísmo". 

"Tienes la obligación de ser hermosa. Si lo consigues, tu belleza no te proporcionará satisfacción alguna. Los únicos halagos que recibirás procederán de los occidentales, y todos sabemos hasta qué punto carecen de buen gusto. Si admiras tu propia belleza reflejada en el espejo, que sea por temor y no por placer: ya que tu belleza no te proporcionará más que le pánico a perderla. Si eres guapa, no serás gran cosa; si no eres guapa, serás menos que nada". 

"El momento no vale nada, tu vida no vale nada. Nada que dure menos de diez mil años tiene valor alguno". 

"Pero el nipón, en cambio, no es un ser asfixiado. No se ha destruido en él, desde su más tierna edad, todo rastro de ideal. Conserva uno de los derechos humanos más fundamentales: el derecho a soñar, a tener esperanzas. Y lo ejerce. Sueña con mundos quiméricos en los que es libre y dueño de sus actos. 

"Una de las maravillas de la lengua japonesa es que permite inventar nombres hasta el infinito, a partir de todas las categorías del discurso". 

"Avanzó hacia mí con Hiroshima en el ojo derecho y Nagasaki en el izquierdo. De algo estoy segura: is hubiera tenido derecho a matarme, no habría dudado en hacerlo". 

"Había tenido el coraje de no llorar delante de todos nosotros".

"La ventaja de limpiar retretes sucios es que uno no puede temer caer más bajo".

"A menudo, las actitudes más incomprensibles de una vida tienen su origen en un deslumbramiento de juventud: de pequeña, la belleza de mi universo japonés me había impactado tanto que todavía me alimentaba con aquella reserva afectiva. Ahora tenía ante mí la evidencia del despreciable horror de un sistema que negaba todo lo que había amado y, no obstante, seguía siendo fiel a sus valores, en los que ya no creía". 

"Toda existencia conoce su día de traumatismo primario, que divide esta vida en un antes y un después, y cuyo recuerdo, incluso furtivo, basta para paralizarte de un terror irracional  animal e incurable": 

¿Y fuera de la empresa, qué les esperaba a aquellos contables de cerebro lavado por los números? La cerveza obligatoria con colegas tan trepanados como ellos, horas de metro abarrotado, una esposa que ya duerme, el sueño que te aspira como el desagüe de un lavabo que se vacía, las escasas vacaciones en las que nadie sabe qué hacer: nada que merezca el nombre de vida". 

"Aquella constatación me recordó la frase de André Maurois: "No hables demasiado mal de ti mismo: podrían creerte."". 

"La ventana era la frontera entre la terrible luz y la admirable oscuridad, entre los retretes y el infinito, entre lo higiénico y lo imposible de lavar, entre la cadena de water y el cielo. Mientras existieran ventanas, el más débil de los humanos tendría su parte de libertad." 

"El tiempo, conforme a su vieja costumbre, pasó". 

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domingo, 24 de marzo de 2013

Encuentro de pintores: Quintanilla + Castro + Portillo

El día de ayer realicé mi usual visita vacacional a la Galería Universitaria Ramón Alva de la Canal ubicada en el número 27 de la calle Zamora en el Centro de la ciudad de Xalapa.

Desde hace un buen tiempo soy visitante asiduo a tal espacio, y debo decir que siempre resulta muy enriquecedor el visitarlo; ahí he conocido el trabajo de diversos fotógrafos japoneses, he visto carteles que homenajeaban a José Guadalupe Posada, obras que hacían reflexionar sobre el concepto de identidad, etc. Actualmente, se encuentra montada la exposición "Encuentro de 3 Pintores" que reúne el trabajo de Laura Quintanilla, Agustín Castro, y Agustín Portillo.


Debo decir que ésta ha sido la exposición de la galería que más me ha fascinado. Me resultó muy interesante la reunión en un mismo espacio de tres enfoques y técnicas tan distintas la una de la otra. Una pincelada muy peculiar, exageración y deformación de personajes y valores, y un lenguaje onírico; son algunos de los matices que se conjugan en las blancas paredes de este céntrico espacio artístico. 

A continuación, escribo un poco sobre las piezas que más llamaron mi atención. 

Agustín Castro López

Como bien escribe Luis Carlos Emerich en la hoja de sala, la obra de Castro López se caracteriza por presentar "paisajes de gestos humanos en diversos ambientes". Con una pincelada que asemeja a la de Goya y Velázquez (no estoy del todo de acuerdo con que también se asemeje a la de Rivera, Emerich sí), el artista presenta en la exposición una serie de cuadros en los que diversos elementos cotidianos son reinterpretados y llevados a diversos contextos. El uso que Castro López le otorga al pincel hace que quien observa se funda en los colores de la obra y complete aquellos espacios no del todo definidos. 

Dentro de mis favoritos de este artista están "Brindis de los sentidos"; "El Gusto"; "La Vista"; "El Olfato"; "El Sátiro"; "El Hedonista y su Ángel"; "El regalo de la novia"; y "Somos pintura bajo la piel". 

Brindis de los Sentidos (2011-2013), Agustín Castro López

El Gusto (2011-2013), Agustín Castro López 

La Vista (2011-2013), Agustín Castro López

                   El Olfato (2011-2013), Agustín Castro López                   



En las cuatro primeras obras, que pienso pertenecen a una misma serie, llama mi atención la aparición repetitiva de ciertos elementos, observen bien y encontrarán diversos elementos que aparecen constantemente. Los cuatro últimos me orillaron a pensar sobre la historia de los personajes representados. La que más me hizo pensar lo anterior es "El regalo de la novia": ¿espera paciente (o en forma desesperada) a que el amor llegue?, ¿ha creado en su mente una imagen  de lo que una pareja ideal es?, ¿se ha aferrado tanto a una construcción mental que bien podría no existir, una representación ideal que sólo existe como figurín de pastel? A su vez, especial atención a lo que aparece escrito en la parte inferior derecha de "Somos pintura bajo la piel", las palabras que aparecen subrayadas son aquellas que no pude leer bien : "Somos tiempo incesante.  Memoria en los meses de la espera. Suspendidos al arrojo por cada instante lleno de sueños. Somos desnudo-espejos, pregunta de quinientas siluetas que descongelan la ___________ humana de historias. Epígrafes de pasión en la carne nuestra. Llenar sus tiempos. Somos pintura bajo la piel. Somos uno. 4:20 am." 


El Sátiro (2009-2013), Agustín Castro López

El Hedonista y su Ángel (2009-2013), Agustín Castro López

El regalo de la novia (2009-2013), Agustín Castro López

Somos pintura bajo la piel, (2009-2013), Agustín Castro López

Agustín Portillo 

Valiéndose de escenas en las que el baile, la diversión, y los excesos son el elemento central, las siete pinturas de Portillo que se encuentran en la galería orillan a la reflexión sobre la perversión de los "buenos morales". Se nota no tan sólo el tratamiento que el pintor le otorga a los rasgos faciales de sus personajes, la mayoría mujeres, sino también la edad de los mismos. 

Celebración I (2012), Agustín Portillo

Celebración II (2013), Agustín Portillo 


Laura Quintanilla 

Ver la obra de esta artista fue parecido a entrar a un sueño en el que recordé las pinturas de Remedios Varo. A través de lenguaje metafísico y onírico, Quintanilla invita al observador a perderse en cuadros en los que todo es posible.  Incorporando la técnica de encausto e incorporando plumas de distintas aves a su trabajo, la artista logra dotar a su obra de una textura muy particular. 

Lo anterior resulta evidente en "La Creación" y en la obra "Sin Título". A simple vista ambas pinturas parecen únicamente tener  una tonalidad particular, al acercarse, uno cae en cuenta que el cuerpo inerte del hombre está hecho de plumas, el tronco del árbol así como las aves, también lo están. No sólo la técnica me resultó hermosa sino también el contenido: la vida que nace de la muerte, putrefacción que genera frutos, un cuerpo inerte que produce vida.  Hay cierta comunicación entre el cuerpo inerte que posibilita la existencia de las las aves y el árbol; una comunicación similar también se produce en Pulsación de Vida. En ésta, se observa una comunicación de sentimientos en las que dos órganos trabajan: la cabeza y el corazón. 

La Creación (2010), Laura Quintanilla | S/T (2011), Laura Quintanilla

En "Gestación"; "Identidad"; y "Pertenencia" llamó mi atención la asociación que los tres animales en los cuadros representados tienen con el título de la obra. Una serpiente que pone un huevo gestando así a su cría; un camaleón que es capaz de adquirir diversas identidades y así confundirse en el espacio; y un caracol que sobrevive entre escarabajos. Gestación. Identidad. Pertenencia. 

Gestación (2012), Laura Quintanilla

Identidad (2012), Laura Quintanilla

Persistencia (2012), Laura Quintanilla

En "El Sueño de Leonardo" se observa a un infante que duerme plácidamente sobre un libro, por arriba de él vuelan aves y hombres, por debajo, la tierra y satélites artificiales. Supremacía del hombre y el conocimiento sobre cualquier artificio por el primero creado.  

El Sueño de Leonardo (2012), Laura Quintanilla

En "El Origen" se observan cientos de espermatozoides que se acercan al óvulo para fecundarlo. Especial atención en los detalles de esta obra; en algunos espermatozoides se observan pequeñas figuras, algunas niñas, algunos niños, así mismo, notar el cambio de tonalidades de extremo hacia el centro, fíjense en el contorno, ¡plumas!

El Origen (2011), Laura Quintanilla

Les recomiendo ampliamente visitar "Encuentro de 3 Pintores", estará expuesta hasta el 17 de abril.  Clic aquí para visitar el perfil de Facebook de la galería. 



viernes, 22 de marzo de 2013

Necesidad de la ciudad natal


20h45. 

Vuelvo a hacer mías las calles que una vez me pertenecieron. 

Esquinas y semáforos que detienen recuerdos. 

Nostálgicos parques en donde el niño persigue a las palomas, el padre bolea sus zapatos, el hermano le escribe a su hermana y una mujer ve la anterior escena desde su ventana. 

Librerías sin autores.
Balcones sin vista.
Anónimos transeúntes que caminan a prisa. 

Aquella galería en donde fotos envié. 
Aquella dulcería en la que recuerdos compré.
Puestos de periódicos en los que la historia leí. 
Solitarias bibliotecas en las que reí y me escondí. 

Lo ajeno.
Lo ahora impropio.
Lo siempre presente.
Lo sin lugar.
Viajo en camiones en los que veo tonos de azul, blanco y gris al avanzar.

Camino sin rumbo. 
No miro hacia atrás.
Y cuando lo hago, si es que lo hago, es por que siento necesidad de la ciudad natal. 

martes, 8 de enero de 2013

Burberry - ANOTHER LOVE

Comentemos el video publicitario de la colección Primavera/Verano 2013-14 de Burberry. Prints coloridos, metálicos y divertidos (que asemejan a los de la colección anterior); Cara Delevingne (quien abrió casi todos los desfiles de las pasadas Semanas de la Moda y también es imagen de Chanel); fotografía de Mario Testino; y el debut de Romeo Cruz (sí, una creación del matrimonio David-Victoria) como imagen de la marca. Habiendo mencionado los anterior puntos, los cuales resultan evidentes al ver el video de abajo, comentemos la canción que suena mientras Romeo juguetea y los modelos lucen las piezas: Another Love, de Tom Odell.

Tom Odell es un cantante británico nacido en 1990 (lo googlée y resulta que es menor que yo, ¡por 15 días!) que debutó en Noviembre del año pasado en el programa Later...with Jools Holland. Siendo apenas una revelación, por denominarlo de algún modo, me parece fantástico que Christopher Bailey haya escogido su canción Another Love para musicalizar la más reciente campaña de la icónica casa de modas inglesa. 

La canción es una oda al sentimiento de impotencia que resulta de querer amar a alguien pero no poder hacerlo debido a no poder dejar ir el haber sido herido con anterioridad:  "and I'd sing a song, that'd be just ours but I sang 'em all to another heart; and I wanna cry, I wanna learn to love, but all my tears have been used up". Abajo podrán encontrar el vídeo de la canción, vídeo en el que encontramos inicialmente al artista siendo acariciado por una chica en la que él muestra el menor interés (quizás por el mismo sentimiento que describo líneas arriba); esta acción se desarrolla mientras muebles aparecen y desaparecen de la habitación en la que ambos se encuentran, ilustrando así la manera en la que transcurre el tiempo. 

Clic aquí para ver la letra de la canción y abajo para ver los vídeos. 


(Imagen tomada de la página de VOGUE México)



(Imagen tomada de la página de Tom Odell)